Es mi pensar que la cumbia villera tiene los mismos origenes sociales que el rap. Despreciada la primera, exaltado lo segundo ambos son expresiones culturales urbanas de la marginación, la pobreza, la violencia, la adicción, el machismo descarnado. Cierto es que el rap y sus variantes tienen mayor riqueza musical, ante la monotonía rítmica de la expresión argentina.
Valga la introducción para hablar de Callejeros. Lamentablemente una mezcla de irresponsabilidades múltiples que los incluyen-, sumadas al abandono de la suerte que los acompañaba, les impidió trascender como una forma artística más elevada para expresar la cuestión social, con una calidad poética y un valor musical que los pondría fácilmente en el podio. Valga un ejemplo en Los Invisibles, de su trabajo Sed (2001)
Con frío, pero abrazados,
inoxidable oración,
aunque sin escuela y sin muelas
los dejaron hoy.
Luchando sin atajos
los invisibles,
agitan rocanroles irresistibles.
Piden que sus críos se salven,
y no piden más.
Sin interrumpir,
sin cortar una cabeza,
aunque por la calle
huela a muerte de la más salvaje,
(y más también).
Luchando sin atajos
los invisibles,
agitan rocanroles irresistibles.
Piden que sus críos se salven,
y no piden más.