Ayer fue San Patricio, día en el cual los irlandeses conmemoran el paso al cristianismo de ese pueblo. La televisión porteña mostró una multitud en la calle de los bares irlandeses bebiendo cerveza sin control, y aún periodistas serios celebraron dicha actitud jocosamente y con bromas sobre la inevitable y obligatoria borrachera que impone la conmemoración. Por supuesto que demostrando ser muy cosmopolitas las imagenes de la fiesta celta se acompañaban con el ritmo germánico de Barrilito de Cerveza, que fuera escrito por compositor checo. Pero es interesante destacar que esta actitud permisiva es muy contraria a la manifestada, con cierto toque de escándolo, cuando aparecieron siluetas de hojas de cannabis en la luz verde de los semáforos.
Con respecto a estas fiestas importadas , el antropólogo Alejandro Grimson escribe : Una cosa es vivir la diversidad y otra consumirla. En ese marco, creo que hay que distinguir las fiestas, los protagonistas y los públicos. No es lo mismo ir al Año Nuevo Chino o a las fiestas bolivianas de Villa Soldati, que a tomar cerveza a un pub por San Patricio o a comprar chocolates por San Valentín. Sencillamente, porque el Año Nuevo lo festeja la comunidad china y la comida que se vende en Soldati la preparan bolivianas.Son escenarios de interacción entre culturas. Tanto los migrantes chinos como bolivianos son parte de la sociedad en la que vivimos.
Una fiesta de San Patricio sin irlandeses pertenece a un universo más ligado al consumo, en el que se compran escenografías y se viven, por unas horas, mundos fabricados. Es la distancia entre acercarse a mundos humanos desconocidos y el gesto esnob.
De eso se trata...esnobismo en estado de pureza. Por eso, por irlandesa de Belfast, la niña merece ser mostrada....y el semáforo, solo para ilustrar.
Posted by HugoB at 18 de Marzo 2005 a las 01:17 PM